Maestra Imprudente – Valery Summer

Tiene tantas ganas de masturbarse la maestra imprudente que es pillada por el guardia de seguridad quedando a merced del perdón. Valery Summer (29 años) es una mujer bella muy atractiva pero con mala suerte para el sexo últimamente. Siempre viste sexy con colores llamativos y va a la peluquería para mantener su pelo hermoso.

Además tiene un cuerpo privilegiado, sin embargo, lleva meses sin recibir visitas en su conchita y menos en la cola. Hoy, intentando dar un poco de sentido a la vida se quita la tanga para poder esculcarse la necesitada raja. Sentada en la silla sube una pierna, hermosos tacos latos rojos a la vista.

Pelada y suave empieza a amasar con todas las ganas creyendo que no hay nadie mas en la escuela. Pero está el vigilante, atento a cualquier ruido, son los gemidos los que lo llevan al aula de la maestra imprudente. Justo cuando comenzaba a mojarse escucha al caballero ingresar, no le habla, ella se levanta y va a enfrentarlo.

Pero al colocar las dos manos en la mesa es esposada por sus actos impúdicos en la institución. Lo insultará reclamando que la deje ir, su carrera puede quedar devastada y sin trabajo. Es cuando se le ocurre una gran idea que además le dará eso que tanto necesita. Ofrecer una buena cojida al oficial Ian Tate es algo irresistible y la dejará conseguir su libertad.

Ella misma le bajó el pantalón comenzando a sentir el sabor que tanto extrañaba. Las atragantadas la dejan sin respiración, pero es tanta la calentura que sigue y sigue como loca desesperada. Una buena chupada de pelotas hace que la curvatura del pene queda justo para paja de tetas.

Está tan baboseada que resbala muy bien, pero quiere seguir metiendo eso hasta las arcadas. Ya ahora toma el poder el caballero, de parada la hace inclinar para jugar con lengua en culo y dedos en concha. Luego tres entre los papos y uno al ano dejando todo listo para dejar de jugar al chupa culos.

Primero entrará en la rosada, perfectamente humectada se convierte en un frontón para sus pelotas. Una pausa para enjuagarla en la boca antes de recostarse en el escritorio para que la educadora se acomode arriba. En cuclillas buscó con el ano la punta del pene, dejó caer el cuerpo y con bronca comenzó a cabalgar.

Así esta hermosa colombiana logra salir del problema, pero con una advertencia, la próxima ves venga a verme.