La clase parecía normal cuando detecto que se están pasando mensajes en un papel, al preguntar quien fue Eliza se hace cargo, aunque se que es la otra. Un gesto de buena compañera, igualmente la hago quedar en el recreo para hablar. Resulta ser que allí me dijo que siempre quiso acostarse conmigo dando un giro inesperado a todo lo que tenía en la cabeza. Tendría que haber esquivado la situación, pero siendo sincero yo también he querido lo mismo. Mientras le hablo retiro las pocas cosas que hay sobre el escritorio, toco su cabello para acerca su cara a la mía y con un beso abro el camino a sus ilusiones. Muy suave tiene la piel, además usa lencería negra como me gusta, quiero ver todo, la hago apoyar en la mesa donde subo falda para lanzarme a sus nalgas. Luego me vuelvo loco, pues estoy en la escuela y cualquiera podría pillarnos, claro que no me puedo, ni quiero detener.